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Negocios rentables: Sobre modelos de negocio y rentabilidad

¿Cómo hacer mi negocio rentable?

Quienes llevan adelante un estudio rentable, no han reinventado la rueda, ni han identificado una fórmula mágica fuera del alcance del resto (mayoría) de los diseñadores.

Quienes llevan adelante un estudio rentable, gestionan en forma efectiva su negocio. Y esa gestión efectiva del estudio no se relaciona directamente con el talento o con la capacidad para diseñar mejor que otros.

Entonces: ¿cómo hacer mi estudio rentable?

Primero, tener un estudio rentable no significa que hago únicamente lo que me gusta; no significa que mis clientes me contratan como “asesor”, en lugar de contratarme como “chofer
de mouse”; no significa que los clientes me pagan puntualmente. Tener un estudio rentable significa, en forma muy simplificada, que los ingresos superan los costos, más los gastos, más
los impuestos, más aquella porción que debo destinar a la renovación a futuro de mis equipos (amortización).

Hay que tener en cuenta que se puede ganar dinero, sin ser rentables. Es decir, puede ingresar dinero a mi estudio como producto de mi actividad, y no tener rentabilidad positiva.

La rentabilidad es consecuencia de una gestión efectiva. Y una gestión efectiva es consecuencia de ser eficaces y eficientes.

¿Qué significa ser eficaz?

Significa hacer lo correcto: satisfacer la demanda del cliente (entre otras cosas).

¿Qué significa ser eficiente?

Significa hacerlo correctamente: haciendo un uso adecuado de los recursos.

¿Por qué muchos estudios no son rentables?

Porque, en algún punto, no son efectivos. Creen que sí, pero no lo son.

¿Hay alguna causa sobre la que podamos trabajar?

Ser efectivo, para muchos diseñadores, es diferente a ser efectivo desde la perspectiva del cliente de esos diseñadores.

Cuando un cliente contrata los servicios de un diseñador para que traduzca una idea a formato visual (lo que muchos consideran como “me contratan como chofer de mouse”), ser eficaz significa entregar al cliente la pieza que él visualiza en su cabeza, a pesar de los deseos del diseñador por hacer otra cosa. Podemos sugerir modificaciones, y tratar de asesorar al cliente, pero si persiste en su idea, debemos comprender que no nos han contratado como asesores en comunicación, sino como un par de manos para llevar adelante un trabajo que él no puede hacer (posiblemente tampoco tiene un sobrino que lo realice por él). Ser efectivo significa entender esta situación y cumplir con el cometido (entrega de la pieza requerida) en el tiempo prometido.

Pero puede ser que, aun en este caso, nuestro trabajo no sea rentable, porque el precio que hemos cobrado por nuestro trabajo no supera los ítems que hemos mencionado más arriba.

Como el precio que podemos cobrar por nuestros servicios siempre está limitado por factores que no controlamos, si nuestro trabajo no es rentable, entonces:

O reducimos costos y gastos, o cambiamos nuestro modelo de negocio (lo que no significa dejar de hacer lo que hacemos, pero sí posiblemente de la forma en que lo hacemos, para aquellos que lo hacemos, cobrando lo que cobramos).

Yo recomiendo la segunda opción (cambiar el modelo de negocio), pero esto significa que hay que pensar y diseñar una nueva oportunidad, configurando una nueva ecuación de trabajo. Esto significa, en principio, que hay que buscar en el mercado y en los clientes un nuevo vínculo necesidad (de clientes) – capacidad (del proveedor de servicios, o sea, del diseñador).

Porque no vendemos diseño; el diseño es la tecnología que utilizamos.

Porque no podemos proyectar la rentabilidad; la rentabilidad no es la guía (en esta etapa de la organización), sino el resultado, la consecuencia.

Porque no hay recetas únicas, atemporales y efectivas; la gestión no es una ciencia exacta.

Por Fernando Del Vecchio
Doctor en Dirección de Empresas, UCEMA. Especialista en dirección, gestión e innovación de negocios del sector de industrias creativas. Conferencista internacional.
fernandodelvecchio.com

1 Comentario

  • he leído el reducido artículo aquí publicado y puedo comentar que si bien quienes llevan adelante un estudio rentable no han reinventado la rueda, tampoco la inventa (la rueda) este artículo, es de todos sabido que para que un negocio sea rentable debe ser gestionado eficaz y eficientemente para producir eso que se llama ganancia y que en términos contables va más allá que la simple palabra.

    es curioso leer el argumento de que un diseñador es el «sustituto del sobrino» de un determinado cliente, ni tampoco se trata de entregar al cliente la pieza que él visualiza en su ¿cabeza? (más bien será en la mente del cliente) , como lo afirma el artículo, si bien para que un estudio sea rentable debe actuar eficientemente en términos financieros y otras actividades, lo debe ser también en la calidad de sus servicios, ser un asesor (y no un trazador) en lo que a la materia refiere y no tratar de «entregar al cliente la pieza que visualiza en su cabeza» sino lo que se ha determinado sea la verdadera necesidad en cuestión (por medio de la investigación), para finalmente poder satisfacer, no al cliente como lo dice el artículo, sino a los clientes del cliente, que son los que verdaderamente importan, así no sólo llevas a cabo un proyecto sino el inicio de una larga relación laboral (de la otra manera sólo satisfarás «la necesidad» del cliente en esa ocasión).