Una marca que vive desde hace más de veinte años, es realmente una marca con cierta trayectoria y más si es conocida a nivel mundial, por el sector donde desarrolla su gestión, el mundo del los viajes…
Una aerolínea es sinónimo de confianza, de seguridad y de solvencia, más cuando hablamos de una compañía que opera en diferentes países y no solo a nivel local, este es el caso de Spanair.
Aparentemente en la actualidad, hemos tenido casos de aerolíneas que están cambiando su imagen, su identidad se está viendo de otra forma, y desde mediados del 2008, Spanair es una compañía que ha visto de cerca el fuerte impacto de cómo errores técnicos en la operación, pueden dañar la imagen o perjudicar su relación con el público objetivo al que se dirige.
A finales del 2008, Spanair ha tenido graves problemas técnicos, accidentes aéreos que han costado vidas, mucho dinero a la compañía… y claro, un creciente desprestigio. La gente no quería volar con dicha empresa en lo posible.
A pesar de las ruedas de prensa, explicaciones y justificaciones tardías, nada es comparable con lo que el cliente pasa y sufre por negligencias de la compañía a la que escoge para volar y en la cual se depositan vidas ajenas. Con esto, la marca se ha visto obligada a realizar un plan de comunicación que no podía tardar más, y su resultado ha sido darle un “lavado de imagen” y revestirla de una nueva.
¿Es posible abandonar los componentes de identidad de una marca (no el naming) de un producto, servicio o compañía por consecuencia de una crisis, fusión empresarial, etc…? Creo que es algo que los que trabajamos en branding, debemos plantearnos y el brief por parte del cliente debe ser claro, objetivo y preciso, así como la respuesta de la consultoría debe ser adecuada a los nuevos valores que la marca debe transmitir.
Hace unos meses, se encargó la nueva imagen a un despacho barcelonés, el diseño de la nueva identidad corportaiva, y hace poco más de un mes, se presentaron dos opciones y la forma de escoger la definitiva, fue sometiéndola a votación mediante el uso de social media, es decir, en la web de la aerolínea, donde se abrió un espacio de debate y de votación, de esta forma, digamos que la elección fue soberana y ganó la que más identificación con el público debió tener.
Se pueden observar las dos opciones, bastante diferentes la una de la otra, a nivel de grafismo, y tipografía. No son nada sorprendentes a nivel de concepto central ninguna de las dos, y la fuerza que tenía la marca original, se ha perdido en este re-branding.
Seguridad y confianza, palabras claves para un viajero, turista, ejecutivo, etc… y no son precisamente los adjetivos que evocan las dos identidades propuestas. La primera se la llamó “mundo”, idea bastante utilizada que no aporta nada nuevo a la marca, y la propuesta que quedó en segundo lugar se la llamó “Estela”. Creo que las personas que conocemos de cerca la marca, que hemos sido usuarios y que hemos vivido su crisis, podemos tener algún código extra para valorar si la promesa de marca se da con esta revalorización, adecuada o no…
Lo cierto es que un re-branding de este calibre necesita ser soportado por todo un engagement a nivel interno en la compañía, a nivel de operadores, atención al cliente, etc… siendo canales y medios por los que se podrá respirar un cambio de clima y solvencia en tierra de una marca que ofrece seguridad en el aire.