Negocios

La definición del negocio

No existe una única forma de abordar la transformación de tu proyecto, estudio o empresa creativa. Definir cuál es tu negocio actual puede darte una pauta para saber desde donde comenzar.

“Estoy en el negocio del diseño”; “mi negocio es la creación y posicionamiento de marcas”; “me dedico a la comercialización de objetos y accesorios”. Tres ejemplos que he escuchado de distintos diseñadores para explicar su actividad.

Lo que quiero compartir aquí es un concepto que puedes utilizar para definir, desde tu propia perspectiva, tu negocio; desde allí, podrás descubrir alternativas que te sirvan para identificar oportunidades.

Abell – junto con Hammond, desarrolladores de la propuesta tridimensional – define un negocio como “una selección de grupos de consumidores (un segmento de clientes), sus funciones (dimensión del “¿qué?”) y una tecnología”.

Empecemos por algo que ya hemos visto: el diseño como tecnología (dimensión del “¿cómo?”). Esta dimensión está compuesta por muy diversas disciplinas: ¿cuál es el conocimiento específico que aplicas para resolver el “qué”, para el segmento de clientes para el que trabajas (quién)? Es decir: ¿cuál es tu especialidad? O: ¿en qué te destacas, qué es lo que más te gusta (dentro del diseño)?

Sigamos con el “qué”: ¿qué tipo de necesidad, deseo o fantasía satisfaces? ¿Qué tipo de problema resuelves? Te sientes tentado a responder “problemas de diseño”, pero en realidad debes identificar el tipo de problema de tu cliente, no el problema que resuelves al traducir la dificultad de aquel para el que trabajas, utilizando lo que sabes (diseño, tecnología, cómo). El problema es de diseño, una vez que has traducido el problema del cliente en una posible solución, que puedes entregar.

Finalicemos con el “quién”: ¿para quién trabajas? Una respuesta para definir al cliente es: “mi cliente es el que me compra” o “mi cliente es aquel que me encarga el trabajo” (en ciertos ámbitos, a este último se lo denomina “comitente”). Afinando un poco la investigación, vamos a poder descubrir el tipo de cliente con el cual trabajamos: es posible que pertenezcan a un sector industrial particular, que formen parte de una misma actividad, o que, si tu proyecto aún se encuentra en proceso de descubrir su propio segmento, tu respuesta sea “trabajo para todo aquel que solicita de mis servicios” (sin tener la oportunidad de determinar sus características dentro de un patrón).

¿Para qué sirve esto?

Para comunicarle a tu cliente, en su propio lenguaje, de qué forma puedes ayudarlo a resolver un problema, a satisfacer una necesidad o deseo, con aquello que sabes hacer. Porque cuando empiezas a relacionarte con clientes fuera de tu ámbito primario (otros diseñadores que sí entienden qué haces), tienes que poder comunicarte en forma efectiva.

+info: fernandodelvecchio.com