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¿Cómo evitar convertirse en un diseñador obsoleto?

Escrito por: Eric Karjaluoto, traducido por: Ana Carolina Larco Moreno.

Si abrimos un manual de diseño de hace 15 o 20 años atrás, podemos ver lo rápido que son las fechas en diseño. Por ejemplo, los años 90 se caracterizan por el texto pequeño que se utilizaba, texturas excéntricas que en aquel entonces parecían progresistas y en la actualidad lucen artificiales y torpes( Historiadores del diseño pueden mirar atrás y ver esto como algo embarazoso).Si visitamos los sitios de algunos de estos mismos diseñadores podemos darnos cuenta que habido un pequeño cambio. Al igual que estudiantes de colegio, algunos diseñadores parecen estar decididos a tomar el sol en el cálido resplandor de las glorias del pasado.

Veo esto en muchos diseñadores 10 años mayores que yo. De hecho, algunos de los diseñadores que más admiro (y los que fueron elogiados, en el momento) son relevantes en la actualidad por sus primeros logros y por un sentimiento de nostalgia que acompaña los mismos.

A pesar de lo innovador que alguna vez parecían, muchos de estos diseñadores dejaron de crecer y al hacerlo, éstos se encerraron en un modelo antiguo del cual es poco probable que puedan escapar.

Antes de tomar este argumento como una discriminación por la mente estrecha o la edad, voy a brindar forma a esta discusión. Se que existen muchos diseñadores excelentes que estaban experimentando desde cuando yo pensaba que el lavado con ácido era genial, y también sé que esta gente posee el conocimiento y la experiencia de los cuales me sentiría afortunado aprender. De hecho, siento envidia de los trabajos que muchos diseñadores mayores que yo han creado.

Una encuesta periférica indica que el número de diseñadores practicantes y relevantes en el mercado parece disminuir sustancialmente en cada grupo de edad. (Apuesto a que por cada diez diseñadores de 20 años, sólo hay un par de 50 años de edad).Una de las causas de esta situación es que buenos diseñadores continúan avanzando, es decir, éstos son ascendidos en sus trabajos, convirtiéndose en directores de arte y directores creativos.

Ciertos diseñadores reconocen que les gusta “conservar el talento joven” y por esto se dedican a enseñar en institutos de diseño. Por otro lado, otros diseñadores deciden dirigir su propio barco, por lo que empiezan sus propios estudios de diseño.

Existen aquellos que reconocen la “portabilidad de sus habilidades” y deciden guiar sus intereses hacia otras oportunidades y se retiran de la industria del diseño por completo.

Una mente brillante  del diseño es adaptable, y no debe estar limitada a una vida de discusiones gerenciales, la repetición en sistemas visuales y la elaboración de la documentación asociada.

De hecho, hay una especie de Triángulo de las Bermudas al acecho de la práctica de estos diseñadores, pues pocos consideran que están a punto de ser atrapados completamente por esta aparición furtiva que se convierte más engañosa con aquellos diseñadores que se encuentran en sus 40 o 50 años de edad, pues sin darse cuenta esta trampa es la causante de la desaparición profesional de grandes diseñadores.

Esta trampa funciona por dos razones: la primera es que la mayoría de diseñadores que han llegado a la mitad de su carrera han desarrollado un determinado conjunto de habilidades y por esta razón no sienten la necesidad de aprender como cuando empezaban su carrera. Y la segunda es que, ellos (con razón) se dan cuenta de que su vida no debe enfocarse solamente en diseñar, razón por la cual se toman un tiempo.

De igual manera, éstos brindan sus servicios profesionales a aquellos clientes que confían en que estos diseñadores ya han establecido sus carreras. Tomar vacaciones largas, pasar más tiempo con sus hijos e incluso encontrar tiempo para un hobby son actividades adicionales.

Dichas decisiones deberían ser las más adecuadas, pues en otra profesión las condiciones serían diferentes; tras aprender un oficio, se practica el mismo hasta ganar experiencia en el y tiempo después balanceas esto con tu vida personal.

En diseño esto puede ser una decisión riesgosa que afectaría tu carrera, retrasándola de cierta manera ya que los cambios que se presentan en diseño son constantes. No sólo hay cambios de estilo, también cambian los métodos, procedimientos y fundamentos. Por ejemplo, un diseñador que ha dejado de ejercer su profesión por cinco años se enfrentaría con una gran brecha de aprendizaje que lo pondría en desventaja con la competencia de hoy en día.

Junto con esto encontramos que los conocimientos en cuanto a diseño se van desactualizando, lo que provoca que la búsqueda de proyectos que una vez fueron sencillos de conseguir se vuelvan más difíciles de concretar.

Mientras que mi perspectiva pueda parecer alarmista, yo miro esta situación de otra manera. Yo no propongo que te conviertas en la fecha de expiración de un contrato, lo que estoy discutiendo es que el estar pendiente de obstáculos te permite implementar comportamientos que mitiguen la obsolescencia.

A diferencia de la computadora en la que trabajas, tú no estas encerrado dentro de un hardware que no es capaz de ejecutar el software más reciente. La verdadera  amenaza que enfrentamos es la de sentirnos muy cómodos con la manera en que  nuestras ideas y métodos de trabajo están planteados, conformándonos con ellos volviéndonos reacios a actualizarnos.

Yo reconozco este mismo sentimiento en mi. La experiencias personales son más fáciles de analizar que las exteriores, y en ocasiones yo también me encuentro defendiendo modelos y criterios estándares de diseño sobre aquellos que presentan ideas innovadoras, especialmente cuando éstos parecen trucos.

Parte de esta duda proviene de mi deseo de ser eficiente, pues no quiero reducir el tiempo de mi trabajo para clientes, intentado nuevas ideas. Sin embargo, mi capacidad y eficacia dependen de esa exploración y pruebas. Por lo tanto, tengo que forzarme a seguir explorando nuevos enfoques, con el fin de mantener mi sistema operativo actualizado, incluso delante del de mis contemporáneos.

Esta necesidad de estar actualizado continuamente, comienza con pequeños hábitos. Significa dejar zoom “Scrubby de Photoshop on”,sin importar lo exasperante que puede ser, hasta entender por qué los diseñadores de Adobe añaden a esta función al programa. Se trata de probar nuevos dispositivos y sistemas operativos, de experimentar continuamente nuevos enfoques y pensar como un principiante.

Todo este hecho se extiende a situaciones cotidianas de mi vida, a la música que escucho, los libros que leí y aún leo, la gente con la que hablo con frecuencia; todo el tiempo soy testigo de diferentes sonidos, ideas y perspectivas.

De igual manera ocurre con los procesos de trabajo. En lugar de hacer lo que normalmente haría, estoy variando la estructura para que mis proyectos fluyan; la manera en la que el diseño va tomando forma y cómo manejo mis diseños.

Inclusive, estoy pensando y tratando nuevos enfoques, como el movimiento NoPSD para comprobar si los procedimientos mencionados anteriormente pueden ser integrados con éste para funcionar mejor que los métodos actuales. Junto con esto, surgen nuevas preguntas como: ¿ existen alternativas más viables a los sistemas de archivos localizados y tecnologías fiables que utilizamos actualmente?

Sin embargo, estoy consciente de que en adición a estos hechos me encuentro desafiando, a la vez, muchas de mis opciones de vida y suposiciones arraigadas. Siempre me cuestiono cómo será un día de trabajo si alterno mis horarios de trabajo y comienzo a rechazar proyectos de clientes que sé que no ofrecen oportunidades para nuevos aprendizajes.

De igual manera, me pregunto cómo puedo aumentar mi entendimiento mediante la variación del lugar desde el cual nuestra empresa funciona, explorando nuevas opciones. Inclusive, se me ocurre pensar en la opción de que  nuestro estudio podría convertirse en uno móvil durante dos o tres veces al año.

Poco de lo que he mencionado es fácil de lograr, pues en lugar de ser lineal esta es una progresión es lenta y sucia, como una especie de enredo.

Experimento nuevos enfoques por uno o dos días y luego vuelvo a caer en mis hábitos familiares. Sin embargo, hay una ganancia neta, independientemente de lo complicado que pueden ser los pasos individuales.

Mientras tanto, me recuerdo a mí mismo que no puedo perder lo que ya sé. Si un nuevo enfoque no produce los resultados que espero, puedo volver a utilizar métodos de eficacia comprobada en cualquier momento.

Al forzar soluciones incómodas, mi experiencia de vida es más plena, pues descubro nuevas maneras de pensar y poner en práctica un estilo de vida que se enfoca en el crecimiento. No estoy interesado en adquirir objetos lujosos, en avanzar de status o de ganar elogios; sólo quiero seguir aprendiendo, por que cuando lo hago, me siento más vivo.

El subproducto de este punto de vista es bastante agradable ya que me pone en marcha para hacer trabajos que son convenientes para este tiempo, pero que a la vez me ponen a prueba de lo que se presentará en el futuro.

Tu no te conviertes en un obsoleto cuando pasas alguna arbitrariedad marcada en un calendario que se marchita cuando te encierras en ti mismo fuera de las posibilidades nuevas y desconocidas. Yo diría que esta perspectiva va más allá de la práctica profesional y afecta la forma en que vives.

Al tomar decisiones inteligentes, el diseñador debe seguir mejorando mediante la combinación de habilidad, experiencia aplicada, las ganas para explorar nuevas tendencias para aprenderlas en lugar de evitarlas, aumentar la capacidad de conseguir más conocimientos y producir diseños que funcionan según lo previsto.

Es decir, que en lugar de convertirte en un dinosaurio debes hacer de tu vida un descubrimiento perpetuo.

+info: Erick Karjaluoto

4s Comentarios

  • No puedo estar mas de acuerdo con tu artículo! es exactamente como me siento! Me gusta sentir que no soy la única y me gusta saber que para todo hay remedio… hay que dejar a un lado la comodidad y seguir explorando y aprendiendo.
    Saludos!

  • Sin duda el artículo describe puntos muy importantes sobre nuestra profesión. Es importante reflexionar sobre estos temas. Saludos

  • A mi parecer, esto ocurre cuando el trabajo de los diseñadores cae en estilos gráficos sujetos de cierta manera a alguna estética del momento, incluso pueden ser estos mismos diseñadores, precursores de esta nueva ‘corriente gráfica’ que en algún momento será desplazada como ocurre con las estéticas, por que estas a su vez, son regidas por las tecnologías, y esto ocurre ahora más que nunca. Por eso, se debe abordar el diseño con una visión atemporal, enfocada en resolver temas de comunicación, más que encajar en estilos gráficos ‘modernos’, aunque tampoco se debe descuidar el tema de la contemporaneidad y la pertinencia a nivel visual de las piezas, diseñadores con esta visión son los que he visto mantenerse como referentes y no volverse «obsoletos» como se habla en artículo.